Los gemidos de John alimentaban la felicidad de Marie, una niña de
tan solo 10 años, tranquila acababa con la vida de un pequeño de tan solo 4
años. La lluvia pegaba caía con fuerza, creando sonidos vacíos que golpeaban
las ventanas del granero a las afueras del pueblo. Marie sentía placer, sentía
ganas de más; cuando por fin se hizo el silencio, quito las manos del cuello de
John, marcas rojas y moradas adornaban su cuerpo, Marie en se sienta junto a
John lo toma en brazos y lo analiza, observa sus grandes ojos azules, vacíos y
tristes, su cabello sin vida, su piel tornándose azul, gris, sintiendo los
cambios de temperatura de frío a caliente y por fin suspira:
- “Tranquilo, todo va a salir bien, háblame amigo, cuéntame que te
dicen en las puertas del cielo”.
Marie se levantó tomando a John de la mano arrastrándolo entre el
lodo, se colocó frente al pozo y lo aventó, sin ningún remordimiento, sin
ninguna culpa; regresó a su casa, mojada y encontró a su mamá tirada en la
cama, al parecer se encontraba dormida, tomo un pan de la alacena, con un poco
de mantequilla y subió a su cuarto.
Mientras se sentaba junto al baúl de sus muñecas, tomo a su
pequeño oso de peluche, mirando a la ventana, ver como la lluvia creaba una
canción en su cabeza, comenzó a llorar, sintiendo como caían las lagrimas por
sus mejillas, consternada, le empezó a faltar el aire tomo fuerte a su peluche
entre sus rodillas y gritó exasperada, presionando su oso de peluche hasta
arrancarle la cabeza. Cuando se dio cuenta lo que le había hecho a su inocente
peluche, la conmovió, se dirigió al cuarto de costura de su madre y comenzó a
cocerlo, llorando por la perdida de su juguete, lo tomo en brazos le sonrió y
se fue a dormir.
Entre sueños escuchaba la voz de John gritando con fuerza: -
“Marie, no lo hagas, Marie, tu me quieres, me extrañas”.
Sin ningún problema, Marie se levantó al día siguiente, bajó las
escaleras emocionada, como si el día anterior no hubiera pasado nada, su madre
Catherine, la tomó en sus brazos y le contó la mala noticia: - “Marie, hija,
John fue encontrado en el granero al parecer su se enredó en la soga que
juntaba las hebillas y murió”. Mientras Catherine abrazaba a su hija
conmocionada y llena de lagrimas Marie, la abrazó fuerte y contesto: -“Tranquila
mamá todo va a salir bien, no sufrió”.
Catherine impresionada por la reacción de su hija se fue a cambiar
y le indicó a Marie que irían al funeral en la capilla del pueblo para lamentar
la perdida de aquel inocente ángel.
Al momento de entrar a la capilla, Marie se colocó junto al féretro
de John, calmada, sin derramar una lagrima le sonrió mientras tocaba aquel
hombro frió que sostenía las flores de John; salió corriendo; Catherine
conmocionada la dejo salir, pensó que era una forma de sacar su ira y
desesperación.
Marie corría sin destino hasta que se encontró en un sendero, y
junto a un molino de viento logró ver a una pequeña niña de 6 años, se secó las
lagrimas y se dirigió hacia ella.
O.o Qué horror!!!!
ResponderEliminarBuen trabajo, aunque muy rudo para mi noche.
Apunto aquí tu excelente desempeño durante el semestre. Particularmente estas últimas semanas, con creatividad y precisión.
Gracias x tu participación:D